Inmunoterapia para linfoma no Hodgkin
La inmunoterapia es un tratamiento que refuerza el sistema inmunitario del propio paciente o usa versiones sintéticas de las partes normales del sistema inmunitario para eliminar las células del linfoma o desacelerar su crecimiento.
Anticuerpos monoclonales
Los anticuerpos son proteínas producidas por su sistema inmunitario para ayudar a combatir las infecciones. Las versiones artificiales, llamadas anticuerpos monoclonales, pueden ser diseñadas para atacar a un blanco específico, tal como una sustancia en la superficie de linfocitos (las células donde se originan los linfomas).
Actualmente se están usando varios anticuerpos monoclonales para tratar el linfoma no Hodgkin.
Anticuerpos que atacan al CD20
Varios anticuerpos monoclonales atacan al antígeno CD20, una proteína que se encuentra en la superficie de los linfocitos B. Entre estos se incluye:
Rituximab (Rituxan): este medicamento se utiliza a menudo junto con quimioterapia para algunos tipos de linfoma no Hodgkin, pero también puede administrarse solo.
Obinutuzumab (Gazyva): este medicamento se puede usar a menudo con quimioterapia como parte del tratamiento para el linfoma linfocítico de células pequeñas/leucemia linfocítica crónica (SLL/CLL). También se puede utilizar junto con quimioterapia en el tratamiento del linfoma folicular.
Ofatumumab (Arzerra): este medicamento se usa principalmente en pacientes con SLL/CLL que ya no responden a otros tratamientos.
Ibritumomab tiuxetan (Zevalin): este medicamento está compuesto por un anticuerpo monoclonal que está adherido a una molécula radioactiva. El anticuerpo lleva radiación directamente a las células del linfoma.
Estos medicamentos se administran en una vena (IV), a menudo por varias horas. Todos estos medicamentos pueden causar reacciones durante la infusión (mientras se está administrando el medicamento) o varias horas después. Por lo general, los efectos secundarios son leves, tal como escalofríos, fiebre, náusea, erupciones en la piel, cansancio y dolores de cabeza. Algunas reacciones más graves son: dolor en el pecho, latidos acelerados, hinchazón de la cara y la lengua, tos, dificultad para respirar, sensación de mareo o aturdimiento, y sensación de desmayo. Debido a estas clases de reacciones, se administrarán medicamentos antes de cada infusión para ayudar a prevenirlas.
También hay una forma de Rituximab que se administra como una inyección debajo la piel. Inyectar el medicamento puede tardar de 5 a 7 minutos, aunque esto toma mucho menos tiempo que lo que toma normalmente dar el medicamento por vena. El medicamento está aprobado para pacientes con linfoma folicular, linfoma difuso de células B grandes y leucemia linfocítica crónica. Los posibles efectos secundarios incluyen reacciones locales de la piel, como enrojecimiento, donde se inyecta el medicamento, infecciones, bajos recuentos de glóbulos blancos, náuseas, cansancio y estreñimiento.
Todos estos medicamentos pueden ocasionar que se activen nuevamente infecciones por hepatitis B que estaban en estado inactivo, lo que puede conducir a problemas hepáticos graves o potencialmente mortales. Puede que su médico ordene análisis de sangre para determinar si hay signos de una infección previa por hepatitis B antes de comenzar a recibir tratamiento. Estos medicamentos también pueden aumentar su riesgo de contraer ciertas infecciones graves por muchos meses después de suspender el medicamento. Se pueden presentar otros efectos secundarios dependiendo del medicamento utilizado. Consulte con su médico para saber a qué atenerse.
Anticuerpos dirigidos al CD52
El alemtuzumab (Campath) es otro anticuerpo dirigido al antígeno CD52. Resulta útil en algunos casos de SLL/CLL y en algunos tipos de linfomas periféricos de células T. Este medicamento se administra por infusión en una vena, usualmente tres veces a la semana por un máximo de 12 semanas. Los efectos secundarios más comunes son fiebre, escalofríos, náusea y sarpullidos. Además puede causar bajos recuentos de glóbulos blancos, lo que aumenta el riesgo de infecciones graves. Los antibióticos y medicamentos antivirales se administran para ayudar a proteger al paciente contra estas infecciones, aunque sigue habiendo un riesgo de infecciones graves e incluso infecciones que constituyen una amenaza para la vida
Anticuerpos que atacan a CD30
El brentuximab vedotin (Adcetris) es un anticuerpo anti-CD30 que está adherido a un medicamento de quimioterapia. El anticuerpo actúa como una señal buscadora de blancos, llevando el medicamento de quimioterapia a las células del linfoma para ingresar en ellas y matarlas.
El brentuximab se puede usar para tratar algunos tipos de linfoma, especialmente si ha regresado después de otros tratamientos. Este medicamento se administra en una vena (IV) normalmente cada 3 semanas. Los efectos secundarios comunes pueden incluir daño a los nervios (neuropatía), bajos recuentos sanguíneos, cansancio, fiebre, náuseas y vómitos, infecciones, diarrea y tos.
Interferón
El interferón es una sustancia química compuesta por glóbulos blancos que puede ayudar a estimular el sistema inmunitario. Algunos estudios han indicado que el interferón artificial puede hacer que disminuya el tamaño de algunos tipos de linfomas o detener su crecimiento.
Los efectos secundarios comunes de este tratamiento incluyen cansancio, fiebre, escalofríos, dolores de cabeza, dolores musculares y de las articulaciones y cambios en el estado de ánimo. Debido a los efectos secundarios, el interferón no se usa muy a menudo. Además de la quimioterapia, el interferón se puede usar en algunos pacientes.
Medicamentos inmunomoduladores
Se cree que medicamentos como talidomida (Thalomid) y lenalidomida (Revlimid) actúan contra ciertos cánceres al afectar partes del sistema inmunitario, aunque no está claro cómo exactamente funcionan. Algunas veces se usan para ayudar a tratar ciertos tipos de linfoma, usualmente después de haber intentado otros tratamientos.
Estos medicamentos son pastillas que se toman diariamente. Los efectos secundarios pueden incluir bajos recuentos de glóbulos blancos (con un mayor riesgo de infección) y neuropatía (daño a los nervios que causa dolor), lo que a veces puede ser grave y puede que persista después del tratamiento. Además, existe un mayor riesgo de coágulos sanguíneos graves (que comienzan en las piernas y que pueden llegar hasta los pulmones), especialmente con talidomida. La talidomida también puede causar somnolencia, cansancio y estreñimiento severo.
Debido a que estos medicamentos pueden causar defectos de nacimiento graves si se toma durante el embarazo, la empresa farmacéutica que los produce estableció restricciones de acceso para prevenir que las mujeres que estén embarazadas o que pudieran estarlo se expongan a estos medicamentos.
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