Paula Leighton N.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio
A la aprobación de este tratamiento como primera línea para cáncer renal, se suman nuevas drogas en estudios clínicos y la promesa de ampliar su uso a tumores en etapas tempranas.
“Estoy viviendo lo que denomino la mejor etapa de mi vida”, sentencia Christian Caulier (61). Constructor independiente, apasionado de los deportes náuticos y pintor aficionado, nadie habría proyectado este estado hace tres años, cuando un cáncer renal, que creía superado, reapareció con metástasis en su cuero cabelludo, un pulmón, un ganglio, el hígado y una vértebra.
Pese a lo sombrío de su pronóstico, Caulier cuenta que hoy “mi calidad de vida es 100% la misma que antes del cáncer”. Sus tumores se han ido reduciendo en forma importante, gracias a que su sistema inmune los mantiene bajo control y estrecha vigilancia.
Y eso se lo debe a la inmunoterapia oncológica.
A diferencia de la quimio y la radioterapia, que atacan directamente al tumor, esta consiste en administrar por vía intravenosa una combinación de anticuerpos monoclonales que entrenan al sistema inmune del paciente para que aprenda a reconocer a las evasivas células cancerosas y sus tácticas de propagación, atacándolas apenas las detecta.
Este aprendizaje queda en la memoria del sistema inmune incluso tras terminar la terapia. En el mejor de los casos, esto le permite eliminar por completo el cáncer, en otros, lo mantiene a raya convirtiéndolo en una suerte de enfermedad crónica. El cambio es radical. En pacientes con melanoma metastásico, que en su mayoría morían antes de dos años, la inmunoterapia con dos drogas ha logrado que cerca del 40% viva más de 10 años.
Promesas y desafíos
“Chile ha puesto su granito de arena en casi todas las últimas indicaciones de tratamiento de inmunoterapia para cáncer de pulmón, melanoma y ahora riñón”, dice el doctor Osvaldo Arén, director del Centro de Investigación Clínica Bradford Hill, en Santiago, donde se realizan estudios clínicos como el que mantiene a Caulier “gozando la vida a concho”.
Él es uno de los 68 chilenos que participaron en un estudio internacional cuyos favorables resultados -75% de sobrevivientes a los 18 meses y riesgo de muerte 37% menor que con quimioterapia estándar- llevaron a que el lunes pasado la FDA (sigla en inglés de Administración de Alimentos y Medicamentos) aprobara una inmunoterapia que combina los anticuerpos nivolumab e ipilimumab como primera opción para tratar el carcinoma de células renales avanzado.
“Creo que estos resultados y otros recién publicados en cáncer de pulmón sugieren el comienzo de una ola de drogas de inmunooncología que se van a empezar a aprobar para otros cánceres”, anticipa el bioquímico chileno Sergio Quezada, líder del Grupo de Investigación en Regulación Inmune e Inmunoterapia Tumoral del University College of London. Ahí están generando terapias inmunes personalizadas y nuevos anticuerpos que esperan probar el próximo año en pacientes con cáncer de piel, ovario, pulmón y riñón.
De visita en Chile, Quezada ve con optimismo la aprobación de la FDA para usar como primera opción la inmunoterapia en cáncer renal. “Antes esta era la última posibilidad, cuando no había nada que hacer, y ya sabemos que en esa etapa el sistema inmune es más difícil de activar”.
El futuro se ve promisorio. La mayor cantidad de investigación en los últimos años se ha enfocado en dos moléculas (PD-1 y CTLA-4), que ayudan a las células cancerosas a evadir la acción del sistema inmune. Pero ya hay más de 20 nuevos blancos en pruebas clínicas, indica.
Con más alternativas, el reto será establecer cuáles son las mejores combinaciones de anticuerpos para cada cáncer, sus dosis adecuadas y el momento más indicado para administrar la inmunoterapia.
“Estudios recientes muestran, por ejemplo, que en pacientes con cáncer pulmonar temprano inyectar dos inmunoterapias antes de extirpar el tumor genera una protección del sistema inmune más potente que recurrir de inmediato a la cirugía, como ocurre hoy”.
El investigador avizora que “en los próximos 10 años también empezaremos a entender el equilibrio tipo ‘ying y yang’ que permite al tumor mantenerse, pero sin que el sistema inmune lo deje avanzar. Y entonces, la meta será estimular una respuesta aguda, capaz de generar en esos pacientes una cura definitiva”.
”Mientras más se usen estas terapias, se van a masificar y más van a bajar los precios. Creo que al final los mercados se van a regular”. SERGIO QUEZADA Bioquímico University College of London