Desde Concepción y con el apoyo de Corfo, la empresa BioGénica ha conseguido desarrollar y exportar exitosamente biotecnología para inmunoterapia contra el cáncer, colocando a Chile en una importante posicion a nivel mundial en la materia.
“Hemos alcanzado presencia en México durante diciembre del año pasado. En febrero pasado llegamos a España y en nuestro registro hay solicitudes de Panamá, Perú, Costa Rica y Ecuador, que estamos seleccionando y gestionando cuidadosamente”, explica Andrés Toledo, director de operaciones de Recell, Centro de Cáncer del consorcio BioGénica, presente en Chile actualmente en Santiago, Viña del Mar y Concepción.
La inmunoterapia consiste básicamente en fortalecer y programar nuestras propias defensas y sistema inmunológico, para que puedan detectar y eliminar células cancerígenas. Este tratamiento, que presenta distintas variantes, es el nuevo pilar terapéutico contra el cáncer y gana terreno en la lucha contra la mortal enfermedad.
“En nuestro caso, nos enfocamos en la inmunoterapia biológica autóloga, es decir, que se realiza con las mismas células del paciente, las cuales son seleccionadas y entrenadas en laboratorio para ser devueltas al paciente en forma segura y ambulatoria, logrando establecer una respuesta contar células cancerígenas”, comenta la directora de gestión de Recell, Daniela Díaz.
El desarrollo busca aportar a los centros y clínicas en convenio, soluciones biotecnológicas “ready-to-use” que simplifican notablemente los procesos de laboratorio, permitiéndoles concentrar esfuerzos en el área clínica de la terapia, “confiados en la estandarización que les aportamos, y que de paso nos ha permitido adjudicar el respaldo de Corfo”, agrega el director de laboratorio, José Alarcón.
Por su parte, el CEO de BioGénica, Dr. Ramón Gutierrez, apunta que la mayoría de los protocolos oncológicos actualizados, ocupa inmunoterapia para potenciar los efectos de la oncología convencional, dada por la quimio, radioterapia o cirugía, o bien para enfrentar el punto responsable de las recaídas en los pacientes, como es el control de la enfermedad mínima residual, dado por células tumorales residuales que persisten por años en el paciente. “Así lo comparte, por ejemplo, nuestro partner de España, el Grupo Biosalud”, precisa el médico anátomo-patológo y master en oncología molecular.