Este tipo de tratamiento estimula las defensas naturales del cuerpo para combatir la enfermedad mediante el sistema inmune
Esta terapia utiliza sustancias elaboradas a partir de organismos vivos o versiones de las misma creadas en laboratorio para estimular el funcionamiento del sistema inmunitario y actualmente se emplea ya de forma prioritaria ante determinados tipos de cáncer y está siendo sometida a diversos ensayos clínicos para comprobar su efectividad en otros.
En 1997, Rituximab, el primer anticuerpo para tratar cáncer, fue aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos para tratar el linfoma folicular y desde entonces, se han aprobado otros once anticuerpos para tratar el cáncer.
Actualmente hay diversos tipos de inmunoterapia. Por una parte está la terapia basada en anticuerpos, proteínas que combaten infecciones del organismo. Así, los anticuerpos monoclonales se fabrican en laboratorio y se emplean para bloquear proteínas presentes en las células cancerosas.
El uso de virus oncolíticos es otra de las estrategias basadas en la inmunoterapia más novedosas y esperanzadoras. En este caso, se inyecta un virus -el adenovirus, que ocasiona los resfriados, y la vaccinia, que causa la viruela- en el tumor, de manera que éste ataca a las células tumorales y causa su muerte.
El empleo de células T es el ámbito en el que ha destacado el galardonado James Allison y se basa en su extracción de la sangre y los tejidos del paciente para su modificación en laboratorio, de manera que contengan los receptores que permitan el reconocimiento de las células cancerosas y su posterior destrucción.
Por último, otros tratamientos basados en la inmunoterapia son el empleo de vacunas o las terapias no específicas, tratamientos que siguen abriendo nuevas puertas en la lucha contra el cáncer mediente métodos menos agresivos.