Josefina se sometió a una de estas terapias
Este año, su médico les dirá a 32.825 españolas que tienen un tumor en uno de sus pechos. Es la previsión de incidencia que calcula la Asociación Española Contra el Cáncer (Aecc). Hace sólo seis años, se detectaron 7.600 menos. Es una enfermedad que no sólo se diagnostica más, sino que cada vez tiene mejor pronóstico. Más de 90 de cada 100 personas que la padecen continúan vivas cinco años después de recibir la noticia.
Existen tres grandes tipos de tumor: los hormonales para los que existe una gran batería de fármacos, y que representan «entre el 65 y 70 por ciento», explica Javier Cortés, jefe del programa de Cáncer de Mama y Melanoma de IOB Institute of Oncology; otro que está relacionado con el gen HER2 positivo, para el que «ya hay inhibidores muy eficaces que logran muy buenos resultados» y que representa otro 15 por ciento de las enfermas. Y, por último, un tercer grupo de pacientes cuyas células cancerígenas son las más agresivas y no responden ni a los tratamientos hormonales ni a los inhibidores del HER2 positivo, es el tumor triple negativo. «Su mediana de supervivencia no supera los 12-15 meses porque, por el momento, sólo pueden tratarse con quimioterapia», sostiene Cortés. Pero la situación de estas enfermas puede dar un giro radical en los próximos años.
En el congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO, en sus siglas en inglés) que se celebra este fin de semana en Múnich (Alemania) se van a presentar los datos de uno de los estudios más relevantes en cáncer de mama, dirigido a este tumor tan mortal. «Se va a demostrar, por primera vez, que la inmunoterapia también es efectiva en cáncer de mama y, además en el triple negativo, para el que hoy tenemos pocas opciones», dice Cortés con tono emocionado.
El «paper», que se publicará este mismo fin de semana en la prestigiosa revista «The New England Journal of Medicine», aporta los resultados de un estudio internacional, impulsado por el laboratorio Roche, y en el que ese año de vida se podría alargar, hasta duplicarlo.
Parte de la importancia de este estudio es que ya se encuentra en una fase clínica muy avanzada. En concreto, en la tres, en la que han participado más de medio millar de mujeres tanto de Europa como de Estados Unidos. En este estadio lo que se buscaba era mostrar su eficacia frente a otras terapias, así como su seguridad. La clave del éxito de este tratamiento es que han dado con un medicamento que ha sido capaz de «poner a trabajar a los linfocitos», células que forman parte de los glóbulos blancos y que conforman el «ejército» de nuestro organismo.
La inmunoterapia se está convirtiendo en una de las claves para luchar contra los tumores. Tanto es así que el Nobel de Medicina de este año ha recaído en James Allison, uno de los principales impulsores de esta técnica que, como explicaba a LA RAZÓN hace unos meses, tras recibir el Premio BBVA Fronteras del Conocimiento, «este tratamiento será el principal en muchos cánceres, como el melanoma». Rehúsa hablar de la erradicación del cáncer en las próximas décadas, pero sí cree que las terapias combinadas de inmunoterapia con quimio y radio elevarán las tasas de curación. Y es lo que quieren conseguir los expertos en mama.
Mejorar la mediana de supervivencia de las mujeres es su principal objetivo. «El tumor triple negativo es el que tiene un peor pronóstico, además suele afectar a mujeres muy jóvenes que están en un momento vital clave, por eso este avance es tan importante», subraya Cortés.
Eso sí, aunque la investigación es un pilar básico, «lo imprescindible sigue siendo la detección precoz. El futuro de la paciente depende de él».